Me devora, constantemente, la avaricia. Un ansia irrefrenable que quizá comparte una fracción importante de mis colegas. La necesidad insaciable de tener más.
¿Qué deseo? Más matemática. Conocer más. Descubrir más. Continuar llenando mi cofre de teoremas; los ajenos y los que pueda extraer como un minero de oficio. Tengo la certeza de que nunca estará pleno, y cuanto mayor su contenido, más grande la carestía.
La pregunta inmediata: ¿cuál es la utilidad de todo esto? Obviamente un ingeniero es mucho más útil que un matemático, más aún si el segundo está ciego de avaricia. Por eso me comparo con un ingeniero civil imaginario, y sin ocultar mi vergüenza, contrasto mi inutilidad con su pericia.
“Un ingeniero puede construir edificios, puentes, etcétera. Cosas muy tangibles y útiles. En un edificio pueden vivir personas; un puente les permite trasladarse”. El ejemplo del edificio me intriga ligeramente. ¿El ingeniero le da a la gente un lugar para vivir? Difícilmente. Le da concreción al habitáculo, pero seguramente alguien luego lo vende al que quiere ocuparlo.
Me pregunto sobre el impacto del trabajo del ingeniero. El objeto concreto en sí no tiene impacto social, por el párrafo anterior. En una segunda reflexión, tiene impacto su proceso productivo, porque genera puestos de trabajo. Mueve el engranaje económico. Pero “la economía” ya es una abstracción. Y no es inmediato que la principal beneficiaria del progreso económico sea la felicidad humana. ¿Dar de comer a la gente, a la mano de obra? En una fracción. Nuevamente, no está claro que esto sea prioridad en la repartija. Y entonces dudo del valor absoluto de este servicio a la comunidad humana. Y pienso que el beneficiario último de esta empresa es algún grupo de élite lejano a la necesidad social más inmediata. La satisfacción de una de muchas avaricias monetarias.
Fuerzo la conclusión del “mal de muchos…”; el ingeniero es casi tan inútil a la humanidad como el matemático. La moral reinante es similar: la empresa matemática busca acrecentar ilimitadamente su capital, que es simbólico. Sus empresarios son intolerablemente avariciosos. Y con esta avaricia que me quema, me regodeo sin pausa contemplando mi pequeño tesoro.
La avaricia y el egoísmo son esas cualidades que tenemos los matemáticos, aunque cueste reconocerlo. El que hace matemática no lo hace por darle un bien al mundo, lo hace para satisfacer su necesidad personal de “comprender” más, de producir más, de resolver el siguiente puzzle, y todo hacerlo con “sus propias manos”.
A pesar de eso, yo creo que es esa ambición desmedida la que llevo a la humanidad a estar donde está hoy, que no es lo mejor, pero ciertamente es mejor que hace 2000 años. Es esa ambición lo que nos lleva a cambiar eso que ya está para crear algo nuevo y mejor.
Muy bueno el artículo.
🙂 Muchas gracias Héctor.
No creo que los matemáticos sean tan egoístas, si andan tan desanimados con lo mal que andan las cosas y lo poco que pueden (ellos y cualquiera) hacer para ayudar.
Esos cuestionamientos y jerarquizaciones (“Ah, sos matemático? Mirá vos, y a mi qué?”) son malintencionados y muy parciales, e ignoran deliberadamente que no son solamente los matemáticos los que no estan “remando” para “sacar al mundo del barro”, y que remar y hacer matemática no necesariamente son cuestiones mutuamente exclusivas. Un (1) matemático que tiene la osadía de divertirse un rato con su (inocua) avaricia no es el responsable de todo el mal del mundo. No le pidan que haga cosas que, en rigor, no está haciendo el solo (contaminar, ser parte de un orden opresivo, alienante e injusto, o lo que sea).
A riesgo de ser redundantes: el matemático tiene buenas razones para hartarse y devolver de una buena vez la pregunta: “Si, hago matemática, y qué? Vos imagino que andas dándole atención médica gratuita a gente que le cuesta llegar a fin de mes, si andás haciendo esos cuestionamientos. Qué hacías exactamente vos?”.
Más redundancia (cuando algo es verdad, hay muchas pruebas / caminos de acceso, y lo mires de donde lo mires ves lo mismo): es curioso que a cualquiera que no sea ingeniero civil (alguien que en cambio haga artes, o letras, o filosofía) le anden cuestionando su utilidad. Parece que su idea de una utopía fuera un mundo de ciudadanos inmensamente productivos a los que nunca se les ocurre distraerse un rato a coleccionar teoremas, o cuadros, o letras de alguna banda.
Pa’ que producen tanto pueh.
Hay mucho odio y saña en decir “ah, al que lo vea contento juntando teoremas voy a ir a preguntarle cómo se atreve a pensar en conjuntos con cardinales raros mientras [inserte causa]”.
Si está permitido mirar un partido, jugar un juego o dar clases de teatro, está permitido hacer matemática y dar clases de matemática.
Hola “Ningún”, muchas gracias por tu comentario. Me deja un tanto atónito, por cuanto parece que estamos de desacuerdo y a la vez no.
Tomo lo de “mirar un partido” y “jugar un juego”. Una forma en la que veo a la matemática es que estoy entrenando para el Mundial. A pesar de que juego en el club del barrio, con más de potrero que de cancha. A pesar de 70 oportunidades de gol, 1 concretada. Pero aún así entreno como si fuera para ser el mejor del mundo. Y como hoy es inobjetable ser el mejor jugador del mundo, no debería serlo el apuntar a eso.
Finalmente, uno de los aspectos interesantes y distintivos es que un pase bien puesto puede, si le das suficiente tiempo, de pie en pie, llegar a un arco de las grandes ligas.
Cuando el pase llega y de pie en pie la pelota llega al arco de las grandes ligas, invariablemente es un golazo (y no un mero gol). Se vive intensamente el entrenamiento en el club – como debe ser. Por más golazos y menos burocracia.
Atentamente: la hinchada.
El filtro de spam no me deja subir este comentario así nomás, así que voy a ver si se puede engañarlo con el enunciado (errático) de un problema:
Las funciones booleanas monótonas de n variables se pueden ver como particiones de un cubo de lado unitario de n dimensiones en dos regiones convexas separadas por un hiperplano (i.e. los inputs para los que la función vale cero quedan contenidos en una de las regiones en las que partimos el cubo, y los inputs para los que la función vale uno quedan en la otra). Una vez que uno abandona las funciones monótonas y permite el uso de la negación, la cuestión se complica, excepto quizás para algunas clases restringidas de funciones booleanas con negación. Si vemos a las asignaciones que satisfacen a una conjunción de cláusulas de Horn como un conjunto de puntos en un espacio de n dimensiones ¿siempre obtenemos un conjunto convexo?
Se me complica definir bien “convexo” acá, porque en un espacio tan “pixelado” uno puede mirar las cosas como quiere, pero esta definición me parece que anda bien:
A Boolean function is called (co-)connected if the subgraph of the Boolean hypercube induced by its (false) true points is connected; it is called strongly connected if it is both connected and co-connected. The concept of (co-)geodetic Boolean functions is defined in a similar way by requiring that at least one of the shortest paths connecting two (false) true points should consist only of (false) true points. This concept is further strengthened to that of convexity, where every shortest path connecting two points of the same kind should consist of points of the same kind.
Si la interpreto bien (le echo la culpa de cualquier error a la hora, pero es mentira), quiere decir que si el camino más corto entre dos vértices true (o dos vértices false) pasa por un vértice false (o true en el caso de vértices false), entonces no estamos ante un cacho convexo de espacio booleano.
No sé si es el filtro, (algunos) mensajes son moderados. ¡Quizá cuando pongas un dirección de email real entren derecho! Seguro estás al tanto del nombre por defecto en Slashdot para los posteos anónimos.
El problema de las funciones booleanas parece interesante, pero te lo voy a deber por un buen rato. Estoy muy muy complicado con otras cosas por ahora…
Socialmente estamos condicionados a pensar que somos avaros por querer saber/conocer sol0 “por amor al arte” sin que el resultado de esta busqueda de conocimiento tenga utilidad.
me parece que buscamos llenar el “vacio” sin sentido de no saber que hacemos viviendo (consciente) con la busqueda de conocimiento (mas que con el conocimiento en si, me atrevo a decir). la inquietud de querer ver, comprender o anticipar lo que sigue. por mas que creamos que es egoista de nuestra parte, que tiene? tenemos un tiempo finito de vida por lo tanto no puede existir una biyeccion entre el tiempo y los conocimientos disponbles (xd), y mucho menos con los que estan ocultos, por que desperdiciar tiempo entoces? estamos siempre en la busqueda de querer cubrir lo mas que podamos por mas que sepamos que es imposible, pero ademas de avaros somos obstinados.
tambien puede haber sido querer refugiarse de la realidad, pero termino en darnos cuenta que cuanto mas ahondamos, mas estamos seguros de que no sabemos. y como puede ser que no sepamos? puede ser que no haya ni piso ni techo? no hay paredes tampoco, te moves para cualquier lado y podes seguir queriendo saber de eso, pero hay tanto de lo otro todavia que no sabes.
Gracias Agustina por el comentario, y disculpas por habilitarlo tan tarde. Hace mucho tiempo que no vengo por aquí.